El depósito de cien especies diferentes, hallado en India, revela conexiones geográficas inesperadas.Un espectacular
depósito de ámbar de hace 50 millones de años acaba de echar por tierra la creencia de los científicos de que, en ese tiempo, la India fuera una isla a la deriva, sin conexión alguna con el continente asiático. La presencia de
más de cien especies de insectos atrapados en el ámbar, muy similares a los que vivían en Asia, es la prueba fosilizada de que debió de existir una conexión física entre ambas masas de tierra. El depósito constituye, además, la
evidencia fósil más antigua de selvas tropicales en Asia.
Abejas, termitas, arañas, moscas... cincuenta familias y más decien especies diferentes de insectos del Eoceno (hace 50 millones de años) acaban de ser descubiertas, en perfecto estado de conservación, en el interior de un depósito de ámbar en Cambay, en la India occidental. El hecho de que todas estas especies no sean únicas, sino que estén evolutivamente muy cerca de las halladas en otros continentes, demuestra que, al contrario de lo que se pensaba, en ese periodo la India no estaba completamente separada de Asia. El estudio acaba de publicarse en la revista Proceedings de la
Academia Nacional de Ciencias Norteamericana.
«Sabemos que la India estuvo aislada —asegura David Grimaldi, de la división de Zoología de Invertebrados del Museo Americano de Historia Natural— pero no está claro cuándo ni por cuanto tiempo. La evidencia biológica de los depósitos de ámbar demuestra que hubo alguna clase de conexión biótica».
Como una vieja foto
Según la teoría establecida, la India se separó del continente africano hace cerca de 160 millones de años, después de lo cual derivó en solitario hasta chocar con Asia, decenas de millones de años más tarde. Colisión que, entre otros efectos, tuvo también el de crear la cordillera del Himalaya. El depósito de Cambay, sin embargo, sugiere que debió de existir alguna clase de conecxión terrestre con otros continentes. Puede que un puente de tierra o, lo más probable, una cadena de islas.
«El ámbar —asegura Jes Rust, profesor de Paleontología de Invertebrados en la Universidad de Bonn y otro de los autores del estudio— nos muestra, igual que en una vieja foto, cómo era la vida en la India justo antes de su colisión con el contiente asiático. Los insectos atrapados en la resina fosilizada arrojan una nueva luz sobre la historia del subcontinente».
El ámbar de plantas angiospermas es muy raro en el registro fósil hasta el Terciario, desués de la extinción de los dinosaurios La razón es que fue precisamente durante este periodo cuando las plantas con flores empezaron a dominar sobre las coníferas y a desarrollar la clase de ecosistemas que aún hoy podemos apreciar en las zonas ecuatoriales.
En su estudio, Grimaldi, Rust y sus colegas describen el depósito de Cambay como la prueba más antigua de selva tropical en Asia. De hecho, el ámbar del depósito puede relacionarse químicamente con las Dipterocarpaceae, una familia de árboles muy abundante hoy en día en el sudeste asiático.
«Parientes» en otros continentes
También se ha encontrado en India madera fosilizada de esa misma clase de árboles, y con una antiguedad casi del doble de lo que se esperaba, lo que indica que su origen común debe de ser mucho más antiguo y que procede de los tiempos en que las distintas partes del supercontinente Gondwana estaban aún conectadas.
El estudio informa del hallazgo de cien especies de artrópodos diferentes, que representan 55 familias y 14 órdenes distintos. Algunas de esas especies son parientes primitivos de insectos sociales como abejas, termitas y hormigas, lo que sugiere que dichos grupos se extendieron durante o justo antes del Eoceno. Y, lo que es más significativo, muchos de los fósiles de Cambay tienen «parientes» en otros continentes, algo que ha pillado por sorpresa a los investigadores.
Lo que los científicos han encontrado indica que India no estuvo aislada por completo, incluso pensando que el depósito de Cambay data de un tiempo anterior a la colisión entre India y Asia. El subcontinente debió de tener conexiones terrestres con otras masas continentales. Conexiones de las que aún no teníamos noticia.