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El 8 de febrero de 2014 se publicó en “Principia”, el suplemento de divulgación científica del periódico “Diario de Avisos” de Santa Cruz de Tenerife, coordinado por Verónica Martín, el artículo titulado “El halcón milenario pasó por Bremen”, escrito por Ricardo Campo Pérez, Doctor en Filosofía y miembro del Aula Cultural de Divulgación Científica. Por su gran interés lo reproducimos más abajo. Se puede descargar el artículo en su formato original en ESTE ENLACE.
El halcón milenario pasó por Bremen.
Ovnilandia anduvo más revuelta de lo normal en las últimas semanas, como si no fuera suficiente con las fotos de reflejos, de globitos con luces, de pájaros e insectos desenfocados que se fotografían constantemente por todo el mundo y que los periodistas del misterio y los creyentes empedernidos difunden como si fuesen enigmas pata negra y no cómicos episodios producto de la ignorancia y el afán comercial por vender todo lo vendible. Resulta que el pasado 6 de enero se nos apareció poco menos que el Halcón Milenario de Han Solo en el aeropuerto alemán de Bremen y los medios le prestaron atención a la cosa.
En el portal de Internet La mentira está ahí fuera comentaron pocos días después que “Un ovni entorpeció el tráfico aéreo en la ciudad alemana de Bremen. Un vuelo procedente de Fráncfort tuvo que ser cancelado, un avión que había despegado en Múnich en dirección a Bremen fue desviado al aeropuerto de Hannover y a un vuelo procedente de París se le informó de que debía abortar el aterrizaje, aunque pudo tomar tierra finalmente con quince minutos de retraso. Desde el aeropuerto se informó de que un objeto había aparecido en el radar varias veces entre las 16:30 y las 19:30 hora local. La policía envió un helicóptero para comprobar si podía establecer contacto visual con el objeto pero no fue posible”. En cambio, el periódico Weser Kurier publicó que el objeto pudo ser visto con binoculares desde la torre de control del aeropuerto y que “tenía luces normales, rojas y verdes, y una luz de aproximación en cada lado. Parecía un avión, pero estaba muy bajo para serlo”.
Los días siguientes aparecieron vídeos falsos y otros que tenían un año de antigüedad, pero que los ufolocos pretendían hacer pasar por imágenes de lo visto en Bremen. También se manifestó mucha gente con la mente abierta y con el gaznate de par en par dispuestos a tragarse cualquier cosa que el comercial del misterio de turno le vendiese en forma de sensacional reportaje producido con el disfraz de investigador.
En realidad, como explica Juan Carlos Victorio en “Misterios del aire” a través del investigador alemán Dennis Kirstein, “el incidente comenzó a las 18:09 horas [6 de enero] con un eco radar que estaba a 5,5 kilómetros del aeropuerto y al sur. Luego, desde la torre de control se vio un tráfico no identificado hacia el este que, aparentemente, estaba hacia el final de la pista de aterrizaje, a baja altura. Como no era un avión sonaron las alarmas y a partir de ese momento se desencadenó la confusión. Se cerró el aeropuerto, se avisó a la policía y ésta envió un helicóptero a la búsqueda del ovni”. Y a partir de ahí el público alucinó con el helicóptero policial y con los aviones que iban aterrizando una vez recuperada la normalidad. No es nada extraño que un aeropuerto cierre preventivamente ante un supuesto tráfico no codificado, desvíe aviones y los haga aterrizar con retraso. ¿Es necesario explicarlo? En China ha pasado con frecuencia últimamente, debido a avionetas despistadas sin plan de vuelo conocido.
El martes día 21 de enero la fiscalía y la policía de Bremen, en un comunicado de prensa conjunto, concluyeron que podría tratarse de algún modelo de radio control que puso en peligro el tráfico aéreo del aeropuerto y que siguen buscando al responsable. Victorio añade que el planeta Júpiter también pudo entrometerse, para dar razón de una luz observada por un controlador justo en la misma dirección y altura a la que se hallaba el planeta poco después de las 6 de la tarde.
Esta película tiene los ingredientes clásicos de la ufología: a partir de un bromista o desaprensivo que pone en peligro el tráfico aéreo entra en escena la credulidad, las posibilidades y presunciones más disparatadas y la información falsa mezclada con unos hechos prosaicos. A ello hay que sumar a algún presentador de televisión con cara de asombrado que asegura que estamos ante un gran caso y que hará época; así pretenden convencer a los escépticos de que los alienígenas nos visitan. Como si no los conociéramos… No se lleve a engaño: hasta los más extraños sucesos suelen tener explicación, afortunadamente.
Categoría: Publicaciones Recomendadas.
Ricardo Campo Pérez.
ACDC. 12Feb2014.