Las Cañadas 'mágica'
Fecha Viernes, 30 octubre a las 11:07:01
Tema Noticias


El 24 de octubre de 2015 se publicó en “Principia”, el suplemento de divulgación científica del periódico “Diario de Avisos” de Santa Cruz de Tenerife, coordinado por Verónica Martín, el artículo titulado “Las Cañadas mágica”, escrito por Ricardo Campo Pérez, Doctor en Filosofía y miembro del Aula Cultural de Divulgación Científica. Por su gran interés la reproducimos más abajo. Se puede descargar el artículo en su formato original en ESTE ENLACE.

Las Cañadas “mágica”.

Entre los creadores de asuntos paranormales y periodistas del misterio que destacan por su incompetencia para explicar cualquier asunto en el que se centran destaca por su uso una palabra vacía, que solo significa lo que cada lector predispuesto a tragar sin masticar quiera que signifique: magia. Atendiendo al contexto, a menudo se refiere a un lugar bello o sublime, que despierta sentimientos de belleza y emoción estética. Las Cañadas del Teide es un caso destacado, aquí al lado. Pero realmente, Las Cañadas no es mágica, así que le he engañado con el título; pero al menos lo he confesado, porque otros sueltan su parida semanal y se quedan tan panchos: saben que mienten, y se deben sentir reconfortados cuando al lector ingenuo se le hincha el vientre con la nueva, estúpida e indigesta trola que se zampó adornada de papel celofán raído, es decir, retórica barata.



El nuevo número de la revista Catharum, 14, del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias de Puerto de la Cruz, incluye un largo artículo de mi autoría donde me acerco a algunas de esas historias del más allá promocionadas por los periodistas de lo insólito en las últimas décadas en relación con Las Cañadas del Teide. Su título –agárrese a la silla- es: Las Cañadas del Teide: lugar mágico y cosmopuerto extraterrestre, pero yo no me lo creo: bautizo así a una leyenda local al respecto. El Parque Nacional es, según cuentan cuentacuentos, un lugar mágico, familia compuesta por numerosos géneros y especies, todos bastante disparatados, especulaciones nuevaerísticas y otras fabricaciones del ocultismo presentadas como apertura mental y tragaderas inmunes al pensamiento crítico.

El carácter mágico de Las Cañadas es una fabricación social como cualquier otra (el triángulo de las Bermudas, el barranco de Badajoz, etc.). No se basa en auténticas pruebas, sólo en rumores, en la publicidad periódica de medios de comunicación especializados en el misterio en los años 90 y en el boca a boca de quienes aseguran haber experimentado tales hechos. Como en otros muchos ejemplos de la subcultura de la New Age, podemos interpretar esta creencia como un sincretismo entre elementos procedentes de una visión del mundo precientífica y vitalista y otra influida por la ciencia, la tecnología y al mismo tiempo por el ocultismo. Allí se han visto naves, seres, se escuchan músicas extrañas, alienígenas han ayudado a coches a salir del barro solo con tocarlos, lucecitas revoloteando y otras muchas anécdotas, entre las que destaca la alerta ovni del verano de 1989 en la que unos bromistas enfocaron con linternas a los asistentes desde el cráter del Teide.

En general, estas anécdotas forman un magma con rasgos religiosos y sensacionalistas: concentraciones para recibir energía cósmica o propiciar la venida de los sapientísimos seres alienígenas a bordo de sus naves, como la citada e inútil –como todas- alerta ovni de 1989, o especulaciones absurdas como la recuperación de un platillo volante que se habría estrellado en octubre de 1992 en el lugar, en realidad un corte de carreteras debido a un desprendimiento de rocas. Pero, al mismo tiempo, supone un rechazo de las religiosidades históricas en beneficio de una espiritualidad de autoconsumo, sin dogmas aparentes, y abierta a innovaciones o ideas surgidas de la cultura popular: experiencias personales, presuntos descubrimientos científicos o supuesta confirmación por parte de la ciencia de creencias sobre apariciones, visiones y experiencias psíquicas. Los mediadores no son sacerdotes, sino periodistas semi-carismáticos que se aprovechan de la credulidad del consumidor necesitado.

A pesar de que las reuniones masivas en Las Cañadas del Teide fueron ocasionales, su asentamiento como lugar especial en la memoria de los creyentes en hechos maravillosos y supuestamente inexplicables tuvo cierto éxito. La emoción estética de los espacios desolados y el silencio, las bellas y sencillas fauna y flora, no es suficiente para los imbuidos del pensamiento alternativo: para ellos es necesaria la conexión con las energías sutiles y los indicios evidentes de que no estamos solos en el cosmos, o que existen otras realidades. En este sentido, la zona es un escenario no contaminado por la cosmovisión moderna en el que las propias condiciones ambientales y ecológicas -visión del cielo nocturno, belleza geológica, variaciones paisajísticas en verano e invierno, etc.-, han contribuido a su percepción como lugar mágico entre los aficionados a los misterios y enigmas divulgados mayoritariamente por los medios de comunicación especializados, donde esos productos son vendidos como en los productos de cualquier supermercado.

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RCP.
ACDC. 30Oct2015.







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