Esta explicación la dio el coordinador de Instrumentación del IAC, Ramón García, quien insistió en que la instrumentación científica es compleja pero apasionante. Destacó también que quienes forman parte de este departamento del Instituto de Astrofísica de Canarias siempre están intentando innovar.
Ramón García aseguró que es alto el nivel de la ingeniería de instrumentación de telescopios, tanto de tierra como de espacio, y comentó que en el caso de la espacial hay protocolos mucho más estrictos por cuanto las reparaciones son imposibles en muchos casos, como ocurre con la mayoría de los satélites.
Por ello hay pocas empresas en Europa con certificado para construir cosas para el espacio. En cuanto a la complejidad que tiene construir instrumentos a partir de la idea de un astrónomo, el coordinador de Instrumentación del IAC recordó que cada instrumento es un prototipo, y aunque se aproveche la experiencia de anteriores trabajos nunca los repiten.
Ramón García destacó que en ingeniería hay una norma básica, que es utilizar lo que funciona, siempre que sirva para los fines. Además, subrayó que la óptica y la complejidad de los instrumentos aumenta «enormemente» según lo hace el diámetro de los telescopios, de forma que no es lo mismo diseñar para un telescopio de dos metros, aunque sea muy complejo, que hacer algo similar para otro de diez metros.