El próximo lunes, 8 de abril, tendrá lugar en la sede de la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, a las 18:00 h., la conferencia titulada “Alexandre Koyré, 1934: de la historia de la religión a la historia de la ciencia (1ª parte)”, que será impartida por el Prof. José L. Montesinos Sirera, dentro del ciclo de conferencias del XXII Seminario Orotava de Historia de la Ciencia  "Ciencia y cultura en sus textos (II)".
 
Alexandre Koyré (1892-1964), fue uno de los intelectuales más completos e interesantes del siglo XX. Su existencia, marcada por la que él llamó “moderna guerra de los treinta años”, el periodo comprendido entre 1914 y 1945, es una apasionante aventura vital e intelectual. Historiador de las ciencias y de las ideas, estuvo siempre convencido de la unidad del pensamiento humano. Física y Teología, Filosofía y Matemáticas, Historia y Conocimiento, estrechamente relacionados entre sí, para tratar de conformar y entender una realidad que se nos escapa.

Koyré fue revolucionario, soldado y espía. Profesor, conferenciante y autor de excelentes obras de divulgación científica y de rigurosos ensayos sobre los orígenes de la ciencia moderna. En esta primera parte de la conferencia se tratará sobre su figura y obra hasta 1939.

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«Nacido en Taganrog, Rusia, en 1892, Alexandre Koyré salió de Rusia muy pronto, en 1898. Su formación superior tuvo lugar en Alemania: asistió a los cursos de filosofía de Edmund Husserl y del matemático David Hilbert en Gotinga. Luego se trasladó a París para estudiar historia de la filosofía. Al concluir esa etapa ejerció como profesor en París, Montpellier y El Cairo.

Al declararse la Segunda Guerra Mundial, fue enviado a los Estados Unidos por De Gaulle. Gracias a Koyré, Claude Lévi-Strauss conoció al lingüista Roman Jakobson en el exilio neoyorquino; las familias de los tres eran de origen judío, y los tres habían trabajado en muchos lugares (Lévi-Strauss, en Brasil; Jakobson, en Praga y los países nórdicos).

Finalizada la contienda, Koyré dio cursos en diversas universidades de Estados Unidos, pero esos semestres se alternaban con su trabajo continuo en centros de estudios avanzados en París. De hecho, en la capital francesa se han publicado su La philosophie de Jacob Boehme (sobre el pensamiento de Jakob Böhme) y sus libros capitales de historia de la ciencia (Gallimard, Hermann). Hoy en día, la gran institución parisina superior de Historia de la ciencia lleva su nombre.

Sus trabajos de epistemología y de historia de la ciencia se centran principalmente en Galileo, así como en la cosmología de los siglos XVI y XVII. Vio en el nacimiento de la física moderna del siglo XVII una “revolución científica”, y su trabajo culminó con su estudio sobre Isaac Newton. Dicha expresión es característica de la concepción discontinuista de la historia de las ciencias que compartió con Gaston Bachelard. Pasando del “mundo cerrado” de la cosmología aristotélica a la teoría de un “universo infinito”, esto supuso una transformación radical de las bases metafísicas sobre las cuales descansa la física.

Su obra ha guiado a los principales historiadores de la ciencia, después de la Segunda Guerra Mundial: en el ámbito anglosajón, a A. R. Hall, M. Boas Hall, Edward Grant, Thomas Kuhn, R. S. Westfall o I.B. Cohen; en Francia, a la generación que empezaba a publicar por los sesenta, pero asimismo a la siguiente». Wikipedia.

ACDC. 05Abr2013.